“LLEVARNOS BIEN CON RUSIA ES
ALGO BUENO, NO ALGO MALO:
TRUMP”
Por Claudia
Luna Palencia
Economista especializada en periodismo
económico y análisis geoeconómico
Helsinki,
Finlandia.
Según la tesis del filósofo francés
Michel
Foucault, la política es la guerra continuada por otros medios, en esa relación de poder se miden fuerzas
concretas en un determinado momento histórico, como el recientemente acontecido
en la Cumbre de Helsinki 2018, entre los líderes de Estados Unidos y de Rusia.
Michel Foucault |
Al pulso dialéctico entre las dos
potencias todavía hegemónicas en la arena internacional, herencia del final de
la Segunda Guerra Mundial, va sumándose cada vez con más insistencia China como competidora
preponderante en la geoeconomía también dispuesta a reclamar, a su tiempo, un
sitio en la geopolítica.
Ya no serán dos sino tres los que
luchan por asirse con el protagonismo global, y bajo ese contexto para Donald
Trump: “El mundo quiere que nos llevemos bien”, se le dijo como
aperitivo a su homólogo ruso Vladimir Putin, con quien pasó poco
más de cinco horas reunido en el Palacio Presidencial del mandatario finlandés Sauli
Niinisto
Donald Trump y Vladimir Putin |
No es la primera vez que
norteamericanos y rusos concretan acercamientos del más alto nivel en Finlandia
contagiados por el espíritu de neutralidad y concordia del país ubicado en el
noreste de Europa: durante la Conferencia de Helsinki, para reducir las
tensiones de la posguerra, acudieron Gerald Ford y Leonid Brézhnev (30 de
julio al 1 de agosto de 1975); en los estertores de la Guerra Fría, dialogaron George
H. W. Bush y Mijail Gorbachov en septiembre de
1990 aunque ambos mandatarios se vieron muchas veces más (siete), las últimas
ya sin asesores de por medio.
Gerald Ford y Leonid Brézhnev |
En marzo de 1997, William
Clinton y Boris Yeltsin, tuvieron una cita importantísima en momentos en
que la OTAN estaba extendiendo su área de influencia en los antiguos
territorios de confluencia soviética de Europa del Este.
Rusia está mejor
con los republicanos…
John F. Kennedy
Viena 1961 con Nikita
Kruschev asunto: el control de
Alemania dividida resultado: un fracaso no hubo química entre los dos.
George W. Bush y Mijail Gorvachov |
Richard Nixon Moscú
1972 con Leonid Brézhnev asunto:
armamento militar resultado: un tratado de armas y límite arsenal nuclear.
Gerald Ford Vladivostok
y Helsinki con Leonid Brézhnev asunto: tensiones geopolíticas resultado:
impulsaron la Conferencia de Helsinki reducir Guerra Fría.
Ronald Reagan Washington
1987 Mijail Gorbachov asunto: armas
nuclearesresultado: Tratado Sobre Mísiles de Alcance Medio y Más Corto.
George. H.W. Bush Helsinki
1990 Mijail Gorbachov asunto: fin de
la Guerra Fría resultado: evitar extensión de guerras civiles en las antiguos
territorios de la URSS.
William Clinton Helsinki
1997 Boris Yeltsin asunto: OTAN intromisión Europa del Esteresultado:
se frenó por un tiempo la participación de los antiguos territorios de la URSS
en la Alianza.
Boris Yeltsin y William Clinton |
Hubo que aguardar 21 años para otra
reunión en la capital finlandesa #HelsinkiSummit2018 con una buena dosis de
tensión acumulada entre el Kremlin y Washington porque a lo largo del segundo
período de mandato del presidente Barack Obama (20 de enero de 2013 al
20 de enero de 2017) fue creciendo la tirantez diplomática con el presidente
ruso Vladimir Putin y mantuvieron una
corta, escasa y gélida
comunicación.
La mañana del histórico día 16 de
julio amaneció pletórica y soleada de 30 grados aquí en Helsinki con los focos
del mundo puestos en el discreto Palacio Presidencial ubicado frente al muelle,
de cara al Báltico.
Por su parte, las fuerzas de
seguridad del Estado desplegadas por todo el perímetro de la ciudad, en cada
calle cercana al sitio elegido por Trump y Putin para verse primero a solas y
luego almorzar con sus respectivos equipos, había un elemento del ejército; en
tanto que, los servicios secretos estadunidenses y rusos, se repartieron el
control de las zonas más delicadas.
Vladimir Putin y Barack Obama |
La gente local les preparó su
particular bienvenida con mantas colgadas en las calles más transitadas
exigiéndoles “paz para todos”; y en defensa de la libertad de expresión, el
diario Helsingin Sanomat, desplegó un cartel alusivo: “Presidente Trump,
bienvenido al país de la libertad de prensa”.
En algunos comercios los letreros de colores les daban “una
cordial bienvenida, esperamos que lo hagan cada vez mejor”; los autobuses
urbanos llevaban escrito “Jesús bendiga a Trump y a Putin. Bienvenidos a
Finlandia”; y hasta una conocida marca de cerveza nacional aprovechó el tirón
mediático y el desplazamiento de más de un millar de periodistas de todo el
mundo (el precio de los hoteles se triplicó) para hacer una edición
conmemorativa colocando la cara de los dos dignatarios en cada una de sus
botellas.
Había mucha expectación por ver a
un imberbe político como Trump, curtido en el ámbito
empresarial, y con un año y medio de experiencia como mandatario
de Estados Unidos sentarse a negociar con el sagaz ex agente de la KGB, Putin
lleva 14 años al frente de Rusia como presidente, más otros cuatro años como
primer ministro, un cúmulo de 18 años en las cumbres del poder con una
reelección en las urnas que lo ha colocado como presidente hasta 2024.
Vladimir Putin y Donald Trump |
Dos machos alfa, tan parecidos y a
la vez tan distintos en sus formas y sus maneras, en cómo llevar sus relaciones
internacionales y en la visión del mapa global.
No fue una reunión sencilla, ni
comenzó en un ambiente cordial, todo lo
contrario se cortaba la tirantez en el aire, no existe sintonía alguna entre
Trump y Putin; la política rupestre del magnate choca con las buenas maneras
del ruso tan meticulosamente observador, no se le escapa ningún detalle. A
Merkel la recibió hace un mes en Moscú con un bellísimo ramo de flores…
a Trump le llevó a Finlandia el balón del Mundial.
Había tanto nerviosismo que cada
minuto de retraso pareció una eternidad: al interior del Palacio Presidencial,
los servicios secretos revisaban una y otra vez todo al máximo detalle, los de
traje oscuro con corbata roja encargados de la seguridad de Trump y los hombres de negro con corbata
oscura, los meticulosos pretorianos,
velando por la seguridad de Putin. Nadie se pisaba los talones.
Ángela Merkel |
En el ambiente flotaban las chispas
incendiarias de la minigira europea del inquilino de la Casa Blanca, con su
desprecio inquisidor a la OTAN en Bruselas, los nuevos roces con Alemania tras
acusar a la canciller Angela Merkel de tener un país
“prisionero de Rusia” por su dependencia al gas y al petróleo ruso; tampoco
dejó en paz a la primera ministra británica Theresa May que a pesar de sus
esfuerzos por darle la mejor de las bienvenidas, tanto a Trump como a su esposa
Melania, tampoco logró escapar de la lengua viperina de su invitado.
Theresa May |
Para los británicos hubo una ristra
de groserías y de menosprecios en suelo inglés, incluyendo las descortesías a
la Reina
Isabel II bastante achacosa por la edad.
Según declaraciones al periódico The Sun, para Trump
sería mejor primer ministro Boris Johnson que May,
una comparación malintencionada que para la premier es un golpetazo a fin de
debilitarla todavía más considerando que no está exenta de enfrentar una moción de censura que la aparte del poder
ante su incapacidad de gestionar el Brexit y la salida de la Unión Europea.
Reina Isabel I |
Y para no dejar nada de gasolina,
Trump terminó de verter sus últimos galones en contra de toda Europa el domingo
15 de julio: “Yo creo que la Unión Europea es un enemigo, por lo que ellos nos
hacen en el comercio”, lo arrojó con todo y el cerillo encendido en una
entrevista para la cadena norteamericana CBS News; una de sus favoritas para
enviar mensajes al mundo con entrevistas previamente preparadas.
Donald Tusk, presidente del Consejo
Europeo, pretendió quitarle hierro al asunto aseverando en su cuenta de Twitter
que: “Estados Unidos y la UE son los mejores amigos. Quién diga que somos
enemigos está difundiendo noticias falsas”.
Mientras él jugaba plácidamente al
golf en Turnberry, el club del que es
dueño en Escocia, afuera en las calles de Reino Unido y Escocia miles de
personas protestaban contra él, no contra Estados Unidos, sino contra todo lo
que Trump significa, representa y vende: “Odio, racismo, xenofobia,
discriminación, prepotencia, machismo,
autocracia y mano dura”.
DEL NO SALUDO A LA HORA DE
SECRETOS
Con Europa en un vilo, así llegaron
Trump y su esposa Melania en el Air Force One el domingo 15 de julio por la
tarde aterrizaron en el Aeropuerto de Vantaa, a media hora de Helsinki; para entonces la expectación
cotizaba a su máximo nivel.
Trump y Melania |
Pero Putin es mucho Putin. Si el millonario estadunidense
impuso la agenda del encuentro –en el papel-, fue el político ruso quien
decidió Helsinki por la tradición de los encuentros EU-Rusia y sobre todo por
su cercanía a menos de tres horas de Moscú considerando, además que un día
antes, se había celebrado la final del Mundial Rusia 2018, una de las
prioridades de seguridad del Kremlin.
Washington lo había citado a las 13
horas en el Palacio Presidencial pero el mandatario ruso aterrizó en Vantaa a
las 13.10 minutos… la tarde empezaba con retrasos que terminaría por romper con
los tiempos de la agenda.
Trump venía de jugar golf en
Escocia y Putin de un fiestón de
clausura con invitados de primer nivel para decir adiós al Mundial; el primero,
estaba de rostro rozagante, bronceado y descansado, y el segundo estaba
fatigado, somnoliento, lucía esa mirada de desvelado que debe cumplir con una
cita forzada.
El ruso entró a las 14 horas al
Palacio Presidencial, Trump para no estar aguardándolo cuando supo que ya venía
demorado, decidió salir y volver a ingresar hasta que Putin estuviera adentro;
y así lo hizo, llegó el abogado por la Universidad de Stalingrado y a los 20
minutos, lo hizo el empresario neoyorquino.
De primera instancia ni se dieron
la mano. Trump de traje azul oscuro y corbata roja tenía la cara desencajada
por los más de 60 minutos de retraso del ruso y Putin, de traje oscuro con
corbata negra con pequeñas motitas blancas, no fue menos condescendiente con
él.
Fue hasta que pasaron al frente en
el Salón de los Espejos en el Palacio Presidencial, delante de los fotógrafos
elegidos, cuando los dos acartonados se dieron la mano con sobrada seriedad y
distante frialdad.
Nada que ver con lo bien que se
caían Ford con sus sonrisas francas y un elocuente y extrovertido Brézhnev
o con las ganas de dialogar entre Bush y Gorbachov, a los dos les
gustaba leer y compartir anécdotas; su simpatía natural les llevó a tener una
amistad.
Ninguna fotografía, testigo del
pasado de las relaciones Rusia y EU en sus peores años de Guerra Fría, puede
compararse con el rictus de Putin y su aversión a Trump… no cree en él, no cree
en su franqueza, le molesta su escasa experiencia política y su carácter
volátil.
Quiso Trump distender un poco y
aprovechó de inicio para felicitar al presidente Putin y Rusia por organizar
“un torneo verdaderamente estupendo, uno de los mejores que ha habido”.
Su homólogo ruso le agradeció el
gesto moviendo la cabeza para después escuchar al norteamericano decir que se
han reunido “aquí en Helsinki para discutir sobre comercio, asuntos militares,
los misiles, lo nuclear y hasta hablar de China de nuestro buen amigo de los
dos Xi
Jinping”.
“Nosotros dos somos grandes
potencias nucleares, nosotros tenemos el 90% del arsenal nuclear, y eso no es
bueno, es algo malo. Yo creo, yo deseo, que podamos hacer algo acerca
porque no es una fuerza positiva, es una
fuerza negativa”, dijo como introducción.
Después continuó diciendo que estar
a solas con Rusia es una buena cosa, no una mala cosa: “Yo realmente pienso que
el mundo quiere que nos llevemos bien”.
Y agregó que “es estupendo estar
aquí con usted” mientras Putin le escuchaba con cara
plenipotenciaria poniendo más atención en rascarse el ojo que en ver al que
hablaba.
Una vez terminadas las palabras
ante la prensa seleccionada para recoger el dato informativo, Trump
y Putin,
se reunieron a solas en uno de los salones para primero dialogar entre ellos
dos, alrededor de una hora; después incluyeron a sus respectivos intérpretes y
taquígrafos; con poco más de tres horas de platica, se cambiaron de salón para
comer con sus respectivos equipos y dejar pasar a un puñado de fotógrafos y
camarógrafos para tomar algunas imágenes de ellos en el tardío almuerzo.
Trump y Putin |
Cara a cara EU y Rusia economía
EU Rusia
Población 326.6 millones 142.2
millones
Mayor edad 25-54
años (39.45%) 25.54 años (44.71%)
GDP 19.36
trillones dls. 4 trillones dls.
GDP 80.2%
en servicios 62.3%
en servicios
PIB per Cápita
59,500 dls. 27,900 dls.
Fuerza Laboral 160.4 millones 76.53
millones
Tasa desempleo 4.4% 5.5%
Inflación 2.1% 4.2%
*Todos son datos a 2017
Fuente: Fact Book CIA.
Ninguno de los dos comió, apenas
probó algún bocado y se prepararon más bien para regresar al Salón de los
Espejos para atender a otro grupo de prensa de sus respectivos países, con pase
especial, desde la Casa Blanca y el Kremlin para abordar lo qué se habló y
realizar algunas preguntas.
La obsesión por su seguridad
personal del jefe del Kremlin pasa por controlar milímetro a milímetro el
espacio, nada queda al azar, en Vértigo lo pudimos corroborar al participar en
un pequeño grupo de 14 corresponsales que acudieron a la comitiva rusa para
recibirlo en la pista de Vantaa a su llegada en su avión oficial.
Todos los detalles quedan
controlados, se revisa minuciosamente a cualquier persona que tenga el permiso
de estar cerca, y en ningún momento
queda fuera de la órbita de su servicio secreto; la prensa en sus eventos
internacionales en los que participa Putin siempre es la misma.
Una persona de la organización
escuchó quejarse a varios periodistas por las largas horas de revisión, aunque
existe una explicación que amablemente nos compartió a Vértigo: “A él (Putin)
le informaron los servicios secretos que
algo muy malo se estaba tramando contra EU, cuando lo del 11 de septiembre de
2001 y días antes de los atentados le llamó telefónicamente al presidente George
W. Bush para revelarle lo que sabía. El 9 de septiembre, en Afganistán,
Ahmad
Sha Masud, el líder afgano de la Alianza del Norte, estaba dando una
entrevista a unos periodistas que resultaron falsos, ellos llevaban una bomba
en la cámara y la detonaron muriendo todos al instante. Masud es considerado
héroe nacional en su país; el grupo que lo mató fue el que organizó el 11-s”.
El Kremlin |
LLEVAR UNA RELACIÓN
EXTRAORDINARIA
Para el presidente Trump
el encuentro en Helsinki les va a permitir a Rusia y EU tener “una relación
extraordinaria”, esto es tan sólo el principio porque habrá que “preparar una
futura cooperación”.
“Nuestra relación nunca ha estado
peor que ahora, sin embargo, ha cambiado en las últimas horas. Hemos dialogado
con profundidad y de forma productiva”, dijo el estadunidense.
Sabemos, añadió Trump, que hay muchos
temas en los que tenemos que entendernos tenemos a Siria y no es nada fácil
encontrar una solución es bastante complicado.
“Tanto mi país como Rusia
mantenemos buenas relaciones con Israel, nosotros por muchas décadas somos muy
cercanos y el presidente Putin también está de acuerdo que debemos hacer de
Siria un lugar seguro, trabajar unidos, hacer progresos y erradicar al ISIS.
Francamente creo que debemos trabajar con Israel para construir esa zona segura
y así ayudar a la gente a regresar a su país”, remarcó Trump.
Los desacuerdos entre nuestros dos
países, prosiguió el inquilino de la Casa Blanca, son bien conocidos, “el
presidente Putin y yo los discutimos extensamente hoy”.
“Pero si vamos a resolver muchos de
los problemas que enfrenta nuestro mundo entonces tendremos que encontrar
formas de cooperación en la búsqueda de intereses compartidos”, afirmó el
dignatario norteamericano.
Por su parte, ya de mejor humor, el
presidente Putin refirió que las negociaciones con el presidente Trump
“se han llevado en una atmósfera abierta”. De tal suerte que la conclusión del
evento fue que “la Guerra Fría terminó hoy, ya no hay más confrontaciones
ideológicas eso está en el pasado, ahora hay nuevos desafíos globales”, en
palabras de Putin.
“Como
mayores productores nucleares tenemos una especial responsabilidad en mantener
la seguridad internacional y también desarrollar una agenda especial de
cooperación para regular los mercados energéticos, del petróleo y del gas de
esquisto. No estamos interesados en una bajada extrema del precio”, recalcó
Putin.
Ni una palabra de Trump respecto de
que “Alemania es prisionera de Rusia” pero eso sí el líder ruso aclaró que
Rusia no cesará el tránsito del gas ruso por Ucrania que alguna vez formó parte
del territorio soviético, al día de hoy,
convertida en un país soberano tiene en sus entrañas toda la red de
tubos que los soviéticos usaban para enviar los energéticos a los países que en
Europa del Este formaban parte de su bloque.
“Estamos dispuestos a prolongar el
contrato de tránsito que expira el año próximo si el contencioso entre las
partes comerciales es regulado por la Corte de Arbitraje de Estocolmo”, subrayó
Putin.
Entre las preguntas de la prensa
salió inevitablemente el tema de la hipotética trama rusa para hackear e
intervenir en las elecciones de 2016 a favor de Trump cuando usó al
Partido Republicano para tener la candidatura presidencial.
El tema saca de quicio a Putin, es
la única cuestión que lo hace reaccionar subiendo los hombros, sacudiendo el
cuerpo, echándolo para adelante y abriendo más los ojos para tratar de
convencer que “no hubo colusión alguna” entre Rusia y Trump.
Si gané, dijo el empresario, es
porque “hicimos una gran campaña y la gente nos respaldó con su voto”, por
supuesto, repitió cansinamente “yo también quiero ver el famoso servidor”.
Por su parte, Putin medio sonriendo
jocoso reiteró: “Rusia nunca ha interferido ni interferirá en los asuntos
internos de América incluyendo sus elecciones”.
Ya un poco más relajados, un
periodista norteamericano le preguntó a Putin si él quería que Trump ganase las
elecciones presidenciales, a lo que contestó afirmativamente.
“Claro porque él habló de devolver
la normalidad de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Yo estoy
dispuesto a cooperar para deslindar responsabilidades en lo de los supuestos
hackers rusos y creo que el punto final lo pondrá la justicia, estamos
dispuestos a cooperar para esclarecerlo
siempre y cuando haya reciprocidad”, agregó.
A lo que Trump remarcó entonces
que: “Hablaré con la gente de Inteligencia y les diré que el presidente Putin
ha sido muy contundente hoy y ha hecho una oferta personal de que una comisión
rusa vaya a trabajar con los funcionarios americanos para esclarecer la
situación”.
Para él es una treta, una auténtica
cacería de brujas para empañar y sobre tensar las relaciones con Rusia y además
es “una investigación de desastre” con más consecuencias negativas.
Y sobre la conspiración del
material grabado comprometiendo a Trump y en manos de la Inteligencia rusa,
Putin pidió que “aparten de sus cabezas dichas majaderías”.
EL BALÓN EN EL TEJADO
Con doble sentido y un mensaje
bastante profundo, el mandatario ruso le regaló un balón oficial del recién
concluido Mundial Rusia 2018 a su homólogo estadunidense señalando que “el
balón está ahora en su tejado”.
Bien conocido por sus malas
maneras, Trump agradeció el regalo y acto seguido se lo aventó a tres
metros a su esposa Melania que estaba sentada escuchándolos; el balón que, botó en
el suelo, fue levantado por Mike Pompeo, secretario de Estado
norteamericano, sentado al lado de Melania Trump.
Mike Pompe |
No hubo más tiempo para más. Quedó la sensación de que se habló de todo y
a su vez de nada y que la reunión bilateral fue un pretexto urgente de Trump
para hablar, cara a cara, con Putin de lo que verdaderamente preocupa al
interesado que es la investigación en ciernes sobre la trama rusa-electoral.
El viernes 13 de julio fueron
detenidos doce espías rusos relacionados con el caso y que serán interrogados y
confrontados por el fiscal especial del caso, Robert Mueller, a quien
Trump califica de hacer una farsa y
mentir.
Le quita el sueño la posibilidad de
que se encuentre material lo suficientemente contundente para abrir un
impeachment que podría terminar con él fuera de la Casa Blanca y cortar sus
aspiraciones de reelección para quedarse ocho años como presidente.
En Europa, se han atragantado con
el encuentro –sin pies ni cabeza- de Helsinki del que no salió nada en concreto
para la paz global, ni para Siria, ni para Irán, ni para Corea del Norte más
que relanzar a Israel, en palabras de Trump, como eje de la seguridad de la
región.
Guiños y más guiños para la
comunidad judía ortodoxa, el votante potencial adinerado de mayor influencia en
EU, que votará en las urnas el próximo mes de noviembre cuando los ciudadanos
norteamericanos vayan a elegir a sus congresistas.
Hace
dos décadas hubiese sido imposible ver a la Unión Europea (UE) buscar el cobijo geoeconómico de China y
de otros países de Asia, como por ejemplo, Japón.
También hubiese sido inimaginable
siquiera que Estados Unidos buscase a Rusia como aliado; empero, el actual
inquilino de la Casa Blanca ha girado la manivela del (des)equilibrio global
con una rapidez inusitada: en menos de una semana, la UE pasó de ser su
tradicional aliado heredado como fuerza protagónica de la Segunda Guerra
Mundial, a quedar reducido a nuevo “enemigo” de la potencia norteamericana.
Hasta China recibió represalias el 10 de julio pasado
cuando entraron en vigor los aranceles anunciados por 200 mil millones de
dólares a las importaciones del gigante asiático realizadas por la Unión
Americana.
La prensa europea se ha devorado al estadunidense, lo han
satirizado y dejado al minúsculo papel de servidor del líder del Kremlin, que
ve en su debilidad la oportunidad de desarrollar su propio plan estratégico y
de poder. Si el presidente Barack Obama relegó a Rusia después
de su anexión de Crimea en 2014, Trump le ha devuelto el estatus de
potencia.
Para el periódico El País “Trump
se amansa ante Putin”, mientras el otro español El
Mundo tituló “Trump se rinde ante Putin tras humillar a Europa”; el francés Le
Monde destacó “las relaciones peligrosas
de Donald
Trump y Vladimir Putin”; en tanto que, Le Figaro cuestionó si Trump
en Helsinki fue débil o un negociador.
El italiano Corriere della Sera
escribió que “Trump con Putin reafirmaron que lo del FBI en el Rusiagate es una
farsa”; el alemán Deustche Welle refirió que “Trump y Putin niegan al
unísono injerencia en las elecciones de 2016 en EU”.
Toda Europa se ha hecho eco de que Trump
confía más en Putin que en sus propios servicios
de Inteligencia, la más mordaz ha sido
la prensa británica que no ha parado en ridiculizarlo con sendas
caricaturas rendido a los pies del ruso.
Ni una palabra de los grandes frentes globales
reiteró el cotidiano alemán Suddeustche Zeitung porque “Trump sólo estaba
interesado en Trump”, pero ni un avance significativo para favorecer la
normalidad civil en Siria a la que ahora Israel está lanzando diversas
ofensivas militares bajo el pretexto de evitar que Irán controle la frontera
siria cercana a Israel.
Tampoco se habló del
proteccionismo, ni del Acuerdo Nuclear con Irán recién abandonado por Trump,
ni del cambio climático, de la nueva carrera armamentista y de la conquista del
espacio para uso militar.
De vuelta a EU, el mandatario fue
recibido con fuertes protestas frente a la Casa Blanca, las pancartas son
claramente alusivas: “Traidor en jefe” se lee en la mayoría; mientras que el
núcleo duro del Partido Republicano crítica el papel de Trump en la Cumbre de
Helsinki.
El portavoz de la Cámara de
Representantes y líder republicano, Paul Ryan, matizó que estamos con
nuestros aliados de la OTAN y “todos aquellos países que sufren agresiones de
Rusia. Vladimir Putin no comparte nuestros valores ni nuestros
intereses”.
Para Mike Turner, miembro del Comité de
Inteligencia de la Cámara de Representantes, Trump está alterando la política
internacional y “el presidente debe comprender que ha dañado la política
exterior de Estados Unidos. Les ha dado un pase y desde luego no les está
pidiendo responsabilidades por lo que están haciendo”.
Mike Turner |
Ahora Trump se desdice y culpa
a “un lapsus del lenguaje” en Helsinki ante Putin la confusión que se ha
generado porque según él “tengo una confianza absoluta en las agencias de
Inteligencia: “Yo acepto la conclusión de la injerencia de Rusia en las
elecciones de 2016, aunque no tuvieron efecto alguno en el resultado ni hubo colusión”.
Al interior de EU ya están haciendo cuentas del trasvase de
votos de los inconformes con el quehacer de Trump que militan en las
filas republicanas y están sopesando que tanto puede dañar esto a los rusófobos
republicanos aunque Trump y sus alquimistas
siguen apostando a que cuentan ya con el voto judío trascendental en los
estados en los que hay que tener la mayoría para ganar una elección.
Hacia el exterior, un mar de interrogantes, ¿colusión sí o
no? ¿a cambio de qué? Lo más relevante es qué está dispuesto a ceder y conceder
Trump en el espacio de reparto de poder concéntrico entre las potencias al
otro; qué pasará con el desequilibrio global y las zonas de influencia
primordialmente en áreas calientes como Medio Oriente.
Tanto Estados Unidos como Rusia
mantienen intereses en Siria, quieren su influencia en Medio Oriente y en Asia;
tan es así que no se ponen de acuerdo en coadyuvar a la pacificación de Siria
lo único que los une en ese sentido es frenar el avance del Estado Islámico.
Aunque ninguno de los dos habla de lo que verdaderamente quieren que es
el control del petróleo, el gas, los yacimientos minerometalúrgicos sirios y de
paso, por qué no, dominar la zona. El único punto de comunión pasa por, ambos
lados, en fortalecer a Israel como estrategia toral en busca de un difícil
camino de paz en la región y de equilibrio.
Difícil en la medida que no es
únicamente Siria sino la lamentable situación humanitaria y de los derechos
humanos de los palestinos en Gaza y en Cisjordania aunada a la provocación
norteamericana por reconocer que Jerusalén es la capital de Israel obviando los
acuerdos internacionales y a la propia ONU.
Sólo un tonto querría la
guerra o vivir en un mundo de tensiones
permanentes, pero tampoco es digno un
vil reparto de territorios entre dos
ambiciosos voraces que para no rasguñarse mutuamente puedan terminar decidiendo
lo que a cada uno le toca mientras se comen un plato de salmón, y con el resto
del mundo como su postre favorito.
Cultural
Press
=
Prensa
Cultural
Saber y Periodismo
Director
Mtro. Jesús Pérez Loza
Redacción
José de Jesús Morales
Felipe Hernández Sandoval
Innovación y Logística
Yolanda Tiscareño Valencia
Guadalajara, Jalisco, México,
domingo 12 de agosto de 2018.
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