sábado, 24 de febrero de 2018

Los políticos ya no pueden engañar al pueblo, porque ya agotaron la credibilidad.


Ricardo Anaya, López Obrador y Toño Meade,
aspirantes a la presidencia de México








LA TRANSICIÓN 2018


Por David Aréchiga Landeros*

 

Muchos teníamos la esperanza de que en 2018, año de transición
política electoral, el actual gobierno utilizaría como una buena
táctica la aplicación de algunas medidas de cambio positivo para
mantenerse en el poder.

  Lamentablemente la situación política, económica y social sigue
empeorando con más casos de corrupción que están apareciendo,
gobernadores que permanecen prófugos de la justicia, y los
encarcelados,  no devuelven lo robado; la violencia sigue
desatada con más muertos cada día y la argumentación de la autoridad en el sentido de que se trata de un simple
"reacomodo" de las bandas criminales, la verdad es
que no logra "reacomodarnos" la paciencia.



  El presidente Enrique Peña Nieto continúa con su disco rayado
relativo al gran éxito de sus reformas y la realidad  se 
refleja en el continuo aumento en el precio de la gasolina, gas 
y costo de la canasta básica que nos hace más pobres, aunque 
el INEGI diga lo contrario.

Enrique Peña Nieto


  Por otro lado la precampaña nos dejó un mal recuerdo con

los "dimes y diretes" entre los precandidatos que gastan

alegremente nuestros impuestos sin dejar substancia alguna.

No vemos cómo la próxima campaña pueda mejorar con los futuros candidatos de partidos e independientes, sin concebir propuestas 
prácticas, creíbles y viables, pues siguen con el mismo sistema 
de sacarse los trapitos al sol sin lavarlos ni plancharlos.

  No es necesario ni conveniente acusarse mutuamente de los robos y
fraudes ya conocidos cometidos por todos y algunos otros que no se
confiesan, pero que el Presidente y los gobernadores conocen muy bien, pero los solapan a su interés y conveniencia.



  Todos los precandidatos y futuros candidatos tienen cola que les
pisen, pues para llegar a esa posición tuvieron que recorrer ese
camino escabroso que representa la política, donde la graduación trae
por consecuencia aprender a comer excremento sin hacer gestos.

  Les queda ya muy corto tiempo para reflexionar sobre la conveniencia
de apoyar realmente a la ciudadanía en sus necesidades más sensibles, tratando de conservar sus posiciones actuales, y por lo que toca a los que pretenden el poder, tendrán que presentar propuestas idóneas, factibles y útiles a la sociedad, con una actitud abiertamente
honesta, con el fin de no conformarnos con más de lo mismo.

José Alfredo Jiménez


  En cuanto al seguimiento de los tiempos, decía mi abuela que "no por
mucho madrugar amanece más temprano", pero a la vez reflexionaba que "al que madruga Dios lo ayuda", lo que 
no se oye muy congruente.

  Yo me quedo con el pensamiento filosófico de 
José Alfredo Jiménez que desarrolla en una de sus canciones, 
expresando que "no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar".

  Y por último subrayo la sentencia expresada por el mismo José
Alfredo: "con dinero o sin dinero hago siempre lo que quiero y mi
palabra es la ley", a lo que yo agregaría parodiando el contenido: "No
tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero al pueblo no
hacen buey".


  Resumo:

  Transición dos mil dieciocho,
nos reservará sorpresas,
con atractivo bizcocho,
acompañado con fresas,
y tendrá que repartirse,
no entre la gente perversa,
sino entre gente más pobre,
que ya no es la fácil presa,
que luchará decidida,
logrando sobrevivencia.
Para el pueblo no hay reversa,
pues se acabó la paciencia,
y la Historia lo demuestra.








dalan16@hotmail.com  *Doctor en Ciencias.
Universidad de Guadalajara




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Guadalajara, Jalisco, México, sábado 
24 de febrero de 2018.