San José, el niño Jesús y la Virgen María, en Belén. |
CUENTO DE NAVIDAD
Cuando yo era niño...Uhhhhhh..., hace más de medio siglo,
todavía existían las locomotoras de vapor que jalaban los trenes
de este país, desde la época de Don Porfirio Diaz, un dictador mexicano que nos gobernó durante treinta años, permaneciendo
en el poder hasta 1911.
todavía existían las locomotoras de vapor que jalaban los trenes
de este país, desde la época de Don Porfirio Diaz, un dictador mexicano que nos gobernó durante treinta años, permaneciendo
en el poder hasta 1911.
Patios del ferrocarril en Mazatlán, Sinaloa |
Conocí las locomotoras de
vapor en los patios
del Ferrocarril en
vapor en los patios
del Ferrocarril en
Mazatlán, Sinaloa,
en los años cuarenta del siglo pasado acompañado de
en los años cuarenta del siglo pasado acompañado de
juegos de canicas, balero, trompo, rayuela, pero entre ellos existió
un juego que en mi niñez fue mi pasatiempo favorito: ponerme enfrente de una máquina de vapor en movimiento en el centro
de la vía y subirme
a ella de frente, brincando a un estribo, escalón o marchapié que las
de la vía y subirme
Jugando con los trompos |
máquinas traian adelante como defensa y para uso de los empleados
ferrocarrileros llamados garroteros. Esa era la forma de demostrar
nuestro valor de aquel grupo de niños de 10 años, todos hijos de
ferrocarrileros, que vagábamos en los patios del Ferrocarril después
de salir de la escuela primaria cercana a los patios de trenes, en
y no era raro ver algún niño mutilado, sin una pierna o brazo, o fallecido.
Pero para mí, no todo fue lo relacionado con las máquinas de
vapor y ferrocarril que representaba la aventura peligrosa y
hasta trágica,
pues además, guardo recuerdos muy felices al relacionar la máquina de
hasta trágica,
Máquina de ferrocarril de vapor |
vapor negra, enorme e impresionante, con los regalos que me llevaba mi
padre ferrocarrilero cuando viajaba a Guadalajara en temporada
de
Navidad, llevándome regalos que no existían en Mazatlán, como un
aunque a veces se los prestaba; una bicicleta pequeña de dos ruedas
para niño, que fue la novedad en mi colonia, un carrusel de cuerda que
hacía tocar una bella melodía mientras giraba con figuras muy
coloridas de elefante, caballo,
jirafa y venado, que resultó
jirafa y venado, que resultó
Pero mi juguete más bello siempre será aquella máquina de vapor
ferrocarrilera que jalaba los trenes de aquellos tiempos, a la que me subía en movimiento, de frente, en medio de la vía, con una emoción que llegaba al enamoramiento. Esa bella máquina
a la que los ferrocarrileros mayores le llamaban "La Prieta Linda", por
negra, potente, fogosa, humeante y con el fuego adentro, que despertaba pasiones en la gente del riel.
Esa hermosa máquina de vapor que con su triste silbato acompañaba los sepelios de los ferrocarrileros fallecidos, en la
vía paralela al camino del panteón de "La Esperanza", seguidos por el llanto de la familia y los amigos solidarios en el dolor que
era de todos, como una sola familia. Oír ese silbato melancólico,
nos hacía llorar a todos, sin ser pariente del difunto.
vía paralela al camino del panteón de "La Esperanza", seguidos por el llanto de la familia y los amigos solidarios en el dolor que
era de todos, como una sola familia. Oír ese silbato melancólico,
nos hacía llorar a todos, sin ser pariente del difunto.
En esta Navidad, viene a mi memoria la
vieja máquina de
vapor ya desaparecida, pero inolvidable en la vida de los viejos
vapor ya desaparecida, pero inolvidable en la vida de los viejos
ferrocarrileros sobrevivientes, porque nos trae recuerdos divertidos,
amables y nostálgicos por la añoranza de tiempos que se fueron con
todas las alegrías y tristezas del gremio ferrocarrilero, en cuyo
ambiente nacimos, crecimos y aún vivimos, a través del recuerdo.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Universidad de Guadalajara.
PRENSA CULTURAL
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Director
Mtro.
Jesús Pérez Loza
mtro.perezloza@gmail.com
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de Redacción
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Guadalajara, Jalisco, sábado
23 de diciembre de 2017.