MIS AÑEJOS
RECUERDOS DEL PRI
Por David Aréchiga Landeros*
Nací bajo la presidencia de Lázaro
Cárdenas del Rio, un hombre muy
destacado, impulsor del PRI en los años treinta del
siglo pasado;
crecí con Manuel Ávila Camacho y Miguel
Alemán, no tan buenos como el
primero, e ingresé a los ferrocarriles bajo el
mando de Don Adolfo
Ruiz Cortines, un hombre
modesto y honrado que salió de la humilde
casita de su Veracruz querido, llegando a la
presidencia en 1952,
trabajando honestamente, sin escándalos amorosos ni
casitas blancas
bajo la manga, recto a carta cabal. Al terminar su
sexenio en 1958,
Don Adolfo regresó a su misma casita de siempre en
su rincón jarocho,
sin privilegios ni pensión cuantiosa, y ahí vivió
hasta su muerte, sin
injerencia política en los nuevos gobiernos, totalmente
apartado del
poder, como debiera ser por ley y por moral.
Cuando ingresé a ferrocarriles en 1954,
automáticamente quedé
tatuado y herrado como priista, dado que los
grandes y poderosos
sindicatos estaban registrados y controlados por el
sistema, como una
fábrica de votos seguros que llevaba a la
presidencia de la República
a los candidatos únicos de un solo partido en el
poder: el PRI.
Lázaro Cárdenas |
ferrocarrileros del país los que comenzaron a
"moverle el tapete" al
PRI y al sistema, con paros y huelgas que paralizaron el servicio
ferroviario nacional, apoyados por sindicatos
fuertes de maestros,
médicos, grupos de izquierda y la mayoría de los intelectuales
de
México en aquel entonces, estando ya en el poder Adolfo
López Mateos,
quien disolvió el movimiento a sangre, fuego y
prisión a líderes
ferrocarrileros y seguidores activistas. Miles de
ferrocarrileros
El gobierno catalogó a los inconformes como
"comunistas", término
muy de moda en aquellos tiempos asignado a los que
no estaban de
acuerdo con el mal gobierno, aplicándoles el delito
de "disolución
social", con que castigaba a todos los no
priistas, conducta muy
propia de un gobierno dictatorial cerrado a la
crítica, mismo que se
consolidó con la llegada de Gustavo Diaz Ordaz, quien
pasó a la
historia como asesino de estudiantes en 1968.
Adolfo López Mateos |
Después, continuaron los gobiernos priistas
con cierto barniz de
izquierda, pero con las riendas bien sujetas por la
mano derecha,
avanzando partidos como el PAN, fundado con anterioridad al PRI y
posteriormente el PRD, quienes al final se aliaron formando las tribus
que ahora se adhieren al mejor postor.
El PRI siguió controlando la Presidencia de
México hasta el año
2000, y a partir de este nuevo siglo XXI, se alió
con el PAN
constituyéndose de facto en el PRIAN, con la bendición del
expresidente Carlos Salinas de Gortari, líder
neoliberal, arriero del
rebaño formado con personajes híbridos como han
sido Fox,
Calderón y
Peña Nieto, que
integran una dictadura reforzada con 9 partidos que
giran como satélites alrededor del centro del poder
representado por
Estos recuerdos los comparto con ustedes,
estimados lectores, como
un testimonio vivido durante 54 años como servidor
público en el
gobierno federal y estatal en Jalisco, en los que
trabajé para el
gobierno, no para los gobernantes, y traté de
servir a los usuarios y
no a los políticos en turno, con criterios no
regidos por partidos y
colores. Eso no es nada extraordinario, pues así
debiera ser en todos
los casos. Debo agregar que conocí también a buenos
elementos
priistas, honrados y responsables, constituyendo la
gran excepción a
la regla, quienes cruzaron el pantano sin
mancharse.
PRIAN |
Mis recuerdos del viejo PRI trasmiten algo
de melancolía, pues
conocí a ese partido desde los años cincuenta del
siglo pasado y me
quedó la idea de un partido diferente, que cuidaba
más las formas con
una actitud menos cínica y con un lema que en la
letra persiste hasta
ahora, el que me conmovió en aquella juventud mía:
"Democracia y
Veo ahora en 2017, ya jubilado, a un PRI que no ha sabido ni ha
podido alcanzar la democracia ni la justicia
social, y al final del
camino me siento cómplice y corresponsable de ello,
pues pude hacer
algo más; y el colmo de mi tristeza llegó cuando el
domingo pasado de
este mes de septiembre, paseando por los pasillos
de un tianguis
ubicado en la Colonia Constitución de Zapopan, vi
en un puesto de ropa
vieja tirada en el piso, una camiseta roja con el
logotipo del PRI
(www.pri.org.mx), con una pequeña cartulina blanca
encima que
anunciaba como precio: $5 pesos.
Permanecí parado varios minutos ante aquella
escena que me comunicó
un gran simbolismo con el estado de cosas actual, y
no pude evitar
algo de humedad en mis ojos, conmovido al comparar
el PRI de mi
juventud, tan lleno de esperanzas e ilusiones, con el PRI de ahora,
tan rico en presupuesto,
prepotencia, cinismo, corrupción e impunidad,
pero tan pobre en la realización de sus principios
representados por
la democracia y justicia social, que hoy más que
nunca está tan lejos
de alcanzar por el camino recorrido.
Un PRI,
tan pobre, como el precio de esa camiseta roja que el pasado
domingo ví en el tianguis en el precio de $5 pesos,
como un símbolo de
la pérdida de valores, muy distinto al partido que Don
Lázaro Cárdenas
representó muy bien con el apoyo a campesinos y
obreros, la
Expropiación Petrolera y los grandes avances
sociales que se diluyeron
en años posteriores hasta llegar a las reformas
peñistas, mal
aplicadas y de trágicas consecuencias, aún
impredecibles.
El presidente Lázaro Cárdenas, viajó en tren, sin prisas, por todo el país para conocer y resolver directamente los problemas de los mexicanos. |
Resumo: ¡Pásele marchantito, tenemos camisetas del PRI en $5 pesos.
Mídasela, póngasela, úsela, para estrenarla el
2018! ¡Pásele, pásele
caballero y dama, que no le cuenten, que no le
cuenten, porque a lo
mejor le mienten!. ¡Pásele, pásele, pásele......!
dalan16@hotmail.com
*Doctor en Ciencias.
Universidad de Guadalajara.
CULTURAL
PRESS
=
PRENSA
CULTURAL
Periodismo y Sabiduría
Director
Mtro. Jesús
Pérez Loza
Jefe de Redacción
Felipe Hernández Sandoval
Guadalajara, Jalisco, México, lunes 11 de septiembre de 2017.