Los muertos están cercanos a Dios

La catrina y su autor José Guadalupe Posada (1852-1913)

¡QUE VIVAN LOS MUERTOS!

QUÉ SOLOS QUEDAMOS LOS VIVOS

Por David Aréchiga Landeros*

 

Es tiempo de felicitar a los muertos, que nos dieron vida en los

tiempos nuestros, los muertos de todos; los padres y abuelos,

generación inmensa que afrontaron retos, llenos de recuerdos y vacíos

de olvido y que nos acompañan en todo momento, como un símbolo mágico

que vuelve a la vida a todos los muertos, que recobran vida que

llevamos dentro.

  Los muertos amigos que se adelantaron allá en el camino, que

seguimos todos como peregrinos, andando en el mundo en todos los

siglos, sombras que deambulan siguiendo el destino que marcan los

tiempos, esos tiempos idos, transitar de muertos, recuerdos divinos,

felices momentos en los que sentimos que están con nosotros y nunca se

han ido.

  En este noviembre, panteones, bullicio, flores olorosas color

amarillo, música de trío, mariachis y bandas, con cantos, sonidos, que

evocan recuerdos, ambiente florido, murmullo de rezos, tristes y

sentidos.

  Ese es el contraste en el Día de Muertos, difuntos queridos que son

recordados, familia y amigos, alegría, tristeza, mezclados, unidos,

llenos de recuerdos y vacíos de olvido.

  Luto que destaca en colores vivos, flores y comida que se mezclan

juntos, para festejar a los que se fueron a otra dimensión, que se

llevan dentro de fiel corazón.

Diego Rivera con la Catrina en una pitura de su autoría.

  Este es el suceso, el dos de noviembre, el Día de los Muertos, un

festejo vivo, colorido, fresco, que refleja vida, contento, tristezas

y penas, expresión de vida, como cosa eterna.

  Y en esta emoción, llega reflexión, cariñoso encuentro entre vivos y

muertos, en una alianza infinita que refleja afecto y bajo el recuerdo

agradecido con vital encuentro, nace el sentimiento de ser más humanos

y todos hermanos con vital aliento.

El poeta italiano Dante Alighieri con un ángel en el universo.

  En este noviembre nace la fusión divina de vivos y muertos, donde

coinciden ayeres, el presente y el mañana, en una existencia

tridimensional con sentimiento muy nuestro, que remueve entrañas, esos

muertos vivos que tanto se extrañan.

  Se fueron los muertos que están muy unidos, cercanos a Dios, muy

bien recibidos en un cielo lindo. Los sobrevivientes estamos aquí, en

la lucha diaria, sin padres ni abuelos, sin llegar a olvido.

  ¡Qué solos quedamos los vivos!

dalan16@hotmail.com  *Doctor en Ciencias. 

Universidad de Guadalajara.

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Guadalajara, Jalisco, jueves 2 de noviembre de 2017.