Por David
Aréchiga Landeros*
A lo largo de su
Historia, México ha tenido muchos héroes militares,
políticos, héroes
deportivos, todos muy importantes, que destacaron
cada quien en su área,
dentro de un ámbito en que se les ha pagado
por ello como servidores
públicos o deportistas venerados.
Sin embargo, los
héroes civiles que realizan actos heroicos por los
que dan la vida, sin tener
obligación material o moral para hacerlo,
sino solo el sentimiento
muy humano de amor por los demás, realmente
son muy pocos.
El caso de JESUS GARCIA CORONA, el Héroe de Nacozari,
Sonora,
resulta un caso muy
especial, pues el 7 de noviembre de 1907, hace más
de un siglo, dio su vida
para salvar a decenas de familias que
radicaban en el pueblo de
Nacozari, Sonora, que hace frontera con
Estados Unidos.
Jesús García Corona nació
en Hermosillo, capital del Estado de
Sonora el día 13 de
noviembre de 1881 y llegó a trabajar como
maquinista de locomotora de
vapor en una empresa minera ubicada en
Nacozari, Sonora, donde se
realizó como un empleado cumplido y buen
amigo de sus compañeros
trabajadores, recibiendo cursos de
capacitación en el país
vecino, que aprovechó muy bien, siendo bien
estimado y admirado por sus
jefes norteamericanos encargados de la
Mina de cobre.
El 7 de noviembre de
1907, sin estar en servicio, Jesús platicaba
con algunos amigos en los
patios de ferrocarril de la Minera, cuando
de pronto escuchó un grito
que anunciaba el incendio en un furgón
cargado con dinamita, de un
tren que estaba por salir con la máquina
ya enganchada, cargando el
detonante que se utilizaba para los
trabajos de excavación en
la mina.
Jesús García Corona, sin
pensarlo dos veces, se dirigió hacia el
tren y se subió a la
máquina, pidiéndole al fogonero José Romero que
le ayudara a encender el
fuego de la caldera para tener la energía
necesaria y sacar el tren
del lugar, evitando que estallara dentro del
pueblo, donde habitaban
algunos cientos de ferrocarrileros, familiares
y funcionarios de la mina
que corrían gran peligro, pues estando el
pueblo ubicado en lo más
bajo de un profundo cañón enclavado en la
montaña, se corría el riesgo
de que con la explosión el pueblo entero
con sus pobladores quedaran
sepultados.
Nacozari, Sonora |
Mientras el incendio
continuaba, Jesús puso en marcha el tren ayudado
por el fogonero que atizaba
la caldera de la máquina, en una marcha
lenta por el peso de la
locomotora, los vagones incendiados, y además
por el terreno inclinado
que había que subir para sacar el convoy del
pueblo amenazado.
Cuando el maquinista
calculó que ya estaba suficientemente retirado
del pueblo, ordenó al
fogonero ayudante José Romero se bajara de la
máquina para seguir él solo
manejando el convoy a una distancia más
lejana; el fogonero se
bajó, no sin antes solicitarle a Jesús que
parara el tren y él también
se bajara para salvar la vida, pues la
dinamita estaba a punto de
estallar.
Jesús, ya solo, continuó
avanzando varios kilómetros más para
asegurarse de que no
peligrara la vida de la gente del pueblo,
incluyendo a su propia
familia, cuando la explosión retumbó por toda
la región ubicada en un
cañón de la montaña y se escuchó a decenas de
kilómetros a la redonda,
muriendo en el acto Jesús, pero salvando a
todos los habitantes
de Nacozari, en el Estado de Sonora.
Ese acto heroico de JESÚS
GARCIA CORONA, tuvo repercusión
internacional y su nombre
aparece como recuerdo imborrable en placas
de calles en varios países
del mundo, en América y Europa, y en México
encontramos esculturas en
su honor, calles y escuelas con su nombre,
habiéndose convertido en un
ícono, símbolo y líder de los trabajadores
del riel en nuestro país y
en un ejemplo para la juventud de todas las
generaciones,
instituyéndose oficialmente el día 7 de noviembre como
el Día del Ferrocarrilero.
El popular cantante Francisco
"El Charro" Avitia grabó un disco con
el corrido de Jesús García Corona, en honor del gran Héroe de
Nacozari, en una versión que por
razones de versificación se refiere a
la máquina 501, pero es
necesario aclarar que dicha locomotora en
realidad estaba marcada con
el número 2 en el momento de la explosión.
Nuestros abuelos y
padres ferrocarrileros, así como nuestros
maestros de primaria, nos
inculcaron el respeto y admiración por
JESÚS GARCIA CORONA, como el héroe civil más
importante del
mundo, quien sin
ser general, político, deportista famoso o mártir religioso, sintió
como obligación moral
salvar a cientos de semejantes de una muerte
segura, inspirado en la
fuerza que le motivó el amor por sus
semejantes.
Resumo:
MÁQUINA 501.
Máquina quinientos
uno, la que corrió por Sonora, por eso los
garroteros el que no
suspira, llora.
Era un domingo,
señores, como a las tres de la tarde, estaba Jesús
Garcia, platicando con su
madre.
Dentro de pocos
momentos: -Madre, tengo que partir, del tren se
escucha el silbato, se
acerca mi porvenir.
Cuando llegó a la
Estación, el tren ya estaba silbando y un carro
con dinamita, se les estaba
quemando.
El fogonero le dice:
Jesús, vámonos apeando, mira que el carro de
atrás ya se nos viene
quemando.
Jesús García le
contesta: -Yo pienso muy diferente, yo no quiero ser
la causa de que muera tanta
gente.
Le dió vuelta a su
vapor, como era de cuesta arriba, antes de llegar
al Seis, ahí terminó su
vida.
Desde ese día
inolvidable, tú te has ganado la cruz, tú te has
ganado las palmas, eres un
héroe Jesús.
Máquina quinientos
uno, la que corrió por Sonora, por eso los
garroteros, el que no
suspira llora.
dalan16@hotmail.com
*Doctor en Ciencias.
Universidad de Guadalajara.
CULTURAL
PRESS
=
PRENSA
CULTURAL
Periodismo y Sabiduría
Director
Mtro. Jesús Pérez Loza
Jefe de Redacción
Felipe Hernández Sandoval
Guadalajara, Jalisco,
México,
jueves 9 de noviembre de 2017.
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